La Real Sociedad y su afición todavía se están recuperando de la derrota ante el Anderlecht y de lo sufrido en las gradas, pero ya deben pensar en el futuro. Y el futuro europeo, como locales, es recibir al Ajax el próximo 28 de noviembre. Una afición muy voluminosa que llenará seguro la zona visitante con unos 1.900 aficionados. El neerlandés será el siguiente club en venir a Donostia en competición continental, y da la casualidad de que sus ultras son aún más problemáticos que los belgas.

Son amigos, de hecho. Grupos radicales hermanados que ya quedaron en su día para cazar aficionados ingleses antes del Ajax-Manchester United, en un conflicto bastante mediático que acabó con muchos detenidos y unos cuantos belgas devueltos a su país. Ese es uno de los tantos problemas provocados. Los neerlandeses, bastante más numerosos en cuanto a ultras, tienen un historial conflictivo importante. Sumaron un capítulo más ayer en Praga, en la visita del Ajax al Slavia Praga. La policía checa incautó ayer bates, puños americanos, botes de gas pimienta y más armas a los radicales del conjunto neerlandés. Se evitaron conflictos importantes tanto antes como después pero la intención de los ‘ajacied’ (seguidores del Ajax) no era la de ver el partido únicamente.

El Ajax lleva menos partidos jugados esta temporada y no es un problema de calendario, sino de seguridad. La policia de Amsterdam se fue a la huelga al no poder garantizar la seguridad en los encuentros del Ajax. Los hinchas realizaron el 24 de septiembre una protesta que terminó con ocho detenidos.

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