‘Dani Olmo time’ (Es la hora de Dani Olmo). El internacional egarense celebra sus goles señalándose el reloj, un gesto que imita del jugador de la NBA, Damian Lillard, de los Milwaukee Bucks. Y vaya si llegó su momento. El fichaje estrella azulgrana tuvo que esperar al tercer partido de Liga para poder estrenarse con la camiseta del FC Barcelona después de ser inscrito el pasado lunes y salió en la segunda parte, justo después del descanso para cambiar el signo del partido.

El atacante de Terrassa entró por Ferran Torres y se situó de mediapunta, donde más daño hace y donde más le gusta jugar. En su posición preferida, donde mejor lo ve Hansi Flick a pesar de su polivalencia. Y Olmo le cambió la cara al Barça, que pedía 1-0 tras una tibia primera parte. Dani salió con muchas ganas porque llevaba tiempo esperando. Sabía que le iba a llegar su momento con paciencia y a pesar de que hubo nervios en su entorno, el jugador mantuvo siempre la calma. Era cuestión de tiempo. Y ahora, a disfrutar tras volver a vestirse de azulgrana, la camiseta de su vida.

En la primera acción del partido ya generó peligro en una jugada en la que acabó reclamando penalti de Florian Lejeune, que lo derribó dentro del área. El árbitro Soto Grado consideró que no hubo suficiente contacto del central francés, que levantó la pierna para zancadillear al egarense, que ya lo había superado. Tampoco el VAR, que sí avisó posteriormente al colegiado por un tímido contacto de Kounde con Chavarría que sirvió para anular un gol de Lewandowski con 1-1.

Pero Dani había salido para remediarlo. El de Terrassa apareció en todo momento, pidiendo el balón, ofreciéndose, jugando rápido para imprimir ritmo a su equipo. Al cuarto de hora incluso mandó un disparo desde 30 metros que cayó a plomo y lo acabó escupiendo el larguero. Fue su segunda aparición. Y en la tercera, ahora ya sí, marcó el tanto que significó el 1-2 definitivo en Vallecas.

Corría el 82 de partido y el marcador se mantenía igualado. Pero la conexión Olmo-Lamine emergió como en la selección, pero ahora en el Barça. La primera de muchas. El ‘20’ azulgrana recibió del joven crack y superó a su conciudadano Dani Cárdenas. Tras perfilarse el balón con el control, lo colocó al palo alejado con la izquierda, su pierna menos buena.

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Dani lo celebró como siempre. Señalándose el reloj porque era su momento. También sus compañeros, como Lamine Yamal, que lo estaba esperando. O como Lewandowski, que lo empujó para que se quedara solo ante los culés desplazados a Vallecas al final del partido. Es tiempo de Olmo. Es solo el comienzo