#TBTdelaImpunidad Si alguna vez has visto esa especie de Stonehenge tropical que hay en la autopista Guatire-Guarenas, deberías saber que tiene que ver con uno de los más descomunales casos de corrupción en Venezuela. 

Dos mil millones de dólares. Cinco años y medio…esos fueron los cálculos del fallecido presidente Hugo Chávez en marzo de 2007, cuando inició la construcción del Metro Caracas-Guarenas-Guatire y prometió que en julio de 2012 estaría listo.

 El proyecto consistía en la construcción de un tramo urbano y uno suburbano y se integraría con el Metro de Caracas. La expectativa era movilizar a unos 36000 pasajeros por hora, en un recorrido de 36 minutos que le mejoraría la calidad de vida a los cientos de miles que dejan horas de sueño tratando de llegar a la capital. 

Chávez adjudicó esta obra a la constructora brasileña Odebrecht en 2006. Una investigación de la Alianza Rebelde Investiga (ARI) publicada en noviembre de 2022, –que analizó contratos firmados por la constructora brasileña con el chavismo- evidencia el derroche y la corrupción que esconden esas columnas de concretos abandonadas. Casi 9 mil millones de dólares cobró la compañía por una obra que sólo registraba hasta 2017, según Transparencia Venezuela, un avance del 27%.

La organización ha denunciado que el Metro Caracas-Guarenas-Guatire forma parte del grupo de 24 obras- de un total de 33- que se encargaron a Odebrecht y nunca fueron finalizadas. 

18 años después de la primera piedra solo quedan confesiones de sobornos, sobreprecios y unas ruinas que serán el delirio de los arqueólogos del futuro. En otra mirada al archivo de la impunidad, exploramos cómo el sistema ferroviario que prometía conectar a Guarenas con Caracas fue arrollado por el tren de la corrupción.

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