El Girona tiene tanta juventud como talento. La primera victoria en Champions frente al Slovan Bratislava dejó a varios protagonistas por su rendimiento, pero también hizo resaltar a dos piezas que están asumiendo galones acelerados ante las necesidades del equipo.

No son otros que Miguel Gutiérrez -MVP del partido- y Arnau Martínez. La prueba de que los dos laterales del cuadro catalán están deslumbrando a nivel táctico estuvo en las primeras palabras de Míchel Sánchez al entrar en la rueda de prensa posterior al partido. “ Es un día histórico: la primera victoria del club en Champions… Yo creo que hay que estar felices y orgullosos de estos jugadores que, para mí, el partido de muchos de ellos, después de jugar hace dos días es increíble”, destacó.

Hasta ahí todo bien. Sin embargo, cuando declara sobre el trabajo de sus integrantes, piensa automáticamente en dos figuras que le hicieron declarar lo siguiente: “El partido que ha hecho Arnau y Miguel Gutiérrez… Nos han sostenido ellos dos en muchos momentos del partido. Son dos jugadores que llevan con nosotros tres años y merece la pena reconocer el trabajo trabajo que hacen porque es increíble el partido que han hecho, es impresionante”, alabó.

No fue lo único que valoró el técnico, quien se mostró orgulloso de que ambos le compraran la idea “a muerte”. Arnau volvió a actuar como mediocentro, volviendo a sufrir un cambio de posición y asumiendo la responsabilidad con una primera parte de gran nivel. Miguel, por su parte, también atendió a las indicaciones de su entrenador y estuvo permanentemente internándose en la zona del centro del campo, aliviando a Danjuma.

El madrileño estuvo más corto, favoreciendo la profundidad del neerlandés, mostrando una gran interpretación de juego a pesar de su gran insistencia ofensiva. Son dos piezas que, por lesiones y otras circunstancias han tomado las riendas a pesar de su juventud, dos jugadores que, para Míchel, “tienen un rollo de fútbol espectacular”.

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A pesar de la carga de partidos y de las exigencias del calendario con un grupo que apenas puede formar un once y poco más con hombres de la primera plantilla, los laterales del Girona han asumido el rol de equilibrar las debilidades del equipo, mostrando una gran madurez que no solo se traslada en LaLiga, sino en partido de nivel europeo.