Amenazaba tormenta en Cornellà-El Prat y amenazaba Manolo, poco amigo de las rotaciones, con una pequeña revolución que finalmente tuvo lugar. Más allá del esperado regreso de Puado, KO durante las dos últimas fechas ligueras, Cabrera, Tejero y Cheddira entraron en un once del que se cayeron, además del lesionado Gragera, Sergi Gómez, Carlos Romero y Veliz, que se reencontró con sus ex compañeros. Por el Sevilla fue el joven Idumbo, de solo 19 años, el encargado de suplir a Ejuke.

Entró bien el Espanyol, presionando arriba a un Sevilla que, como es habitual con García Pimienta, no renunció en ningún momento a salir jugando desde atrás. Un riesgo que provocó alguna recuperación perica en zona de peligro, como la que originó el primer aviso serio de la noche. Jofre controló bien un gran envío de Brian, pero se durmió a la hora de finalizar.

Eternos Puerta y Jarque

Tejero, autor del gol del honor en San Mamés, volvió a intentarlo a balón parado en el 12’, justo antes de los recuerdos a los eternos Antonio Puerta y Dani Jarque, en el 16’ y en el 21’.

En medio, el primer gol de Lukébakio, que sin Ejuke está destinado a erigirse en el jugador franquicia de este Sevilla. Sambi Lokonga avanzó hasta tres cuartos sin oposición y se la dejó al ex del Hertha Berlín, que ante la pasividad de Kumbulla y Cabrera, demasiado hundidos, se orientó la pelota hacia su pierna más hábil, la izquierda, e hizo inútil la estirada de Joan Garcia con un latigazo inapelable desde casi 30 metros. Un gol de bandera.

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Dio la sensación de querer reaccionar el Espanyol, que rozó el empate en un saque de esquina que peinó Cheddira y no llegó, por milímetros, a empujar Král, pero fue un mero espejismo. Las ocasiones siguieron cayendo del lado visitante. Ni Juanlu ni Isaac Romero fueron capaces de finiquitar, en posición franca, una contra liderada por Lokonga, que seguía campando a sus anchas.

Como lo hicieron, dentro del área blanquiazul, Juanlu e Isaac en el definitivo 0-2, obra de un Lukébakio que ya iguala, en octubre, los cinco tantos que firmó en la pasada Liga. El belga sacó a pasear nuevamente su poderoso disparo, poniendo, en esta ocasión, el balón pegado al poste derecho de la portería de Joan Garcia, que poco o nada pudo hacer.

Jarro de agua fría antes del descanso y, al contrario de lo que sucedió en Bilbao, inmovilismo desde el banquillo. Al menos hasta el 58’, cuando Manolo echó mano de Veliz y Romero. Cinco minutos después se produjo, por lesión de Nyland, el debut oficial como sevillista del ex perico Álvaro Fernández, de aciago recuerdo para el espanyolismo. La sonora pitada que se llevó el de Arnedo fue de lo poco destacable de un segundo tiempo funesto, en el que solo Veliz y Puado pusieron el ‘uy’ en la grada.

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El jueves, la Copa, y el domingo, el Barça, primera parada de un Tourmalet que seguirá con Valencia, en casa, y Girona, en Montilivi. Toca seguir remando.