Si la temporada pasada el Girona aplastó al Barça en los dos partidos de Liga, este año se ha girado la tortilla. El nuevo Barça de Flick ha aplastado esta vez a los de Míchel y en su feudo. La goleada al Valladolid había dejado un buen sabor de boca a los culés, pero los cuatro goles en Montilivi reafirman el excelente momento de forma del equipo y hacen pensar que esto ya es algo más que un buen arranque de Liga.
​El Barça de Flick es un Barça más vertical, que mantiene la intensidad durante los 90 minutos y que define de fábula. Pinta muy bien. Ahora solo falta demostrarlo en Europa.

Lo de Lamine es espectacular. En Montilivi volvió a subir un peldaño en su estratosférica progresión futbolística. Presionó, robó, marcó a pares y nos dejó un remate desde el frontal del área al hueco al estilo Messi que dejó clavado a Gazzaniga. El desparpajo, la alegría y su imprevisibilidad empieza a recordarnos a lo que en su día hizo Ronaldinho con la camiseta azulgrana.  

El de Terrassa es uno de los secretos del salto de calidad que parece haber dado el Barça esta temporada. Todos los movimientos los hace con criterio y cuando él recibe el balón siempre pasan cosas. En Girona, hasta que se retiró con molestias, fue el referente del Barça en la zona de construcción. Además, tiene la portería entre ceja y ceja,  y su remate en el gol fue letal. A su lado Pedri parece jugar con más confianza y ese reparto en la responsabilidad de tirar del carro le viene al canario de perlas. Hasta el punto de permitirle romper líneas y lograr el 0-4 con una magistral definición. 

El joven de La Masia dio un sensacional pase en profundidad a Pedri en el minuto 64 que significó el cuarto gol del Barça en Montilivi. La lesión de Bernal le ha vuelto a abrir las puertas de la titularidad y el canterano no solo ha respondido en sus tareas de contención y construcción, sino que además sube a la posición de interior y asiste. También Pau Víctor mostró sus armas ofensivas, aunque sin acierto, en la recta final del partido. El ‘Masia Power’ sigue dando alegrías a la parroquia culé. Una bendición.  

El delantero polaco no tuvo suerte de cara a portería ante el Girona y fue sustituido por Flick a falta de 20 minutos para la conclusión. A un delantero centro de la talla de Lewy se le supone algún gol cuando el equipo mete cuatro. Pero ante los de Míchel lo intentó todo pero no vio puerta. Desbarató algún remate que no suele fallar y se fue visiblemente cabreado.  

El ‘Tiburón’ se equivocó en la jugada que le costó la roja directa. No pareció que le entrara a Asprilla con intención de hacerle daño, pero llegó tarde y clavó los tacos en el tobillo. Ferran necesita demostrar que puede aportar mucho a este equipo y sus ansias por convencer a Flick le pasaron factura en Montilivi. Ese punto de agresividad le va muy bien al equipo, pero mejor bien focalizada.