A la UD Las Palmas no le sale nada, sigue sin conocer la victoria en Liga y sufrió la derrota más dolorosa de la temporada tras no poder contra un Celta que jugó con nueve jugadores durante más de media hora por las expulsiones en solo dos minutos de Ilaix y de Aspas en el arranque de la segunda parte. El equipo de Claudio Giráldez hizo valer el gol del Panda en el primer tiempo gracias a un ejercicio de resistencia agónica para sumar su primer triunfo lejos de Balaídos mientras el crédito de Luis Carrión parece definitivamente agotado.

El Celta de Vigo detectó rápidamente la angustia que atenaza al equipo insular y se hizo con el dominio del encuentro desde los primeros compases gracias a superioridad en el centro del campo. Ilaix y Beltrán mezclaban bien por dentro y encontraban con facilidad a Hugo Álvarez y a Mingueza por las bandas mientras el trío ofensivo barría todo el frente de ataque.

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Pasado el primer cuarto de hora, el lateral catalán puso un centro medido a Borja y el balón, tras estrellarse en el palo, lo cazó Swedberg para batir a Horkas. Sin embargo, el Panda estaba en fuera de juego y el VAR anuló el tanto. Solo once minutos después, en una acción calcada, Mingueza volvió a conectar con Borja para que este, ahora sí en posición correcta, inaugurara el marcador con un toque sutil (27’). Cuarto gol para el delantero y cuarta asistencia para Mingueza, que ha arrancado la temporada como un tiro.

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La UD Las Palmas es un quiero y no puedo desde hace muchos meses y el 0-1 fue un mazazo para los de Carrión, que no pudieron reaccionar hasta pasado el descanso. En la segunda parte, el partido se volvió loco. 

El cuadro amarillo salió con brío y el Celta se empezó a poner nervioso. Ilaix Moriba vio dos amarillas en solo dos minuto (ambas muy discutibles) y la decisión de Cordero Vega indignó a Aspas, que fue amonestado dos veces por sus protestas, dejando a su equipo con 9 futbolistas y más de media hora por delante. El capitán del Celta, fuera de sí, pidió a sus compañeros (sin éxito) que se retiraran del campo.

El cuadro vigués se atrincheró en el área de Guaita aguantando el chaparrón de ataques de un Las Palmas incapaz de generar ocasiones de gol claras. La desesperación hizo mella en los locales mientras el Celta se hacía fuerte con el paso de los minutos. Un remate al palo en el descuento de Jaime Mata es lo que más cerca que estuvieron los de Carrión del empate.

Al final los visitantes encontraron el premio a su capacidad de resistencia para hundir la moral de un Las Palmas que sufrió la más dura de las derrotas.