Un jugador de fútbol americano de Nueva Jersey de 16 años, y a quien el deporte lo había acostumbrado a recibir golpes desde los 6 años, descubrió que sufría de una rara malformación cerebral luego de una conmoción en la cabeza durante un partido, recoge CBS News.

En agosto del 2023, un choque casco con casco le desencadenó a Logan Coleridge, entonces de 14 años, una serie de migrañas debilitantes que lo dejaron fuera de las canchas. Además de sufrir de fotosensibilidad severa y cefaleas cada vez más frecuentes e insoportables, comenzó a verse afectada su vida estudiantil. «Tenía problemas para recordar las tareas y para concentrarse», contó su madre.

Esta condición lo llevó a consultar diversos especialistas, desde neurólogos y fisioterapeutas, hasta acupunturistas e incluso un psicólogo infantil. Los dolores de cabeza persistían y su rendimiento escolar empeoraba. Entonces, una resonancia magnética, sugerida por un médico deportivo especializado en conmociones cerebrales, aclaró el panorama. Logan padecía de una malformación arteriovenosa (MAV) que, en palabras simples, es una maraña anormal de vasos sanguíneos en el cerebro, por lo general congénita, que puede empeorar con el crecimiento.

Su tratamiento estuvo a cargo del NYU Langone Health, uno de los principales centros médicos académicos del país, donde la anomalía fue extirpada quirúrgicamente en julio del 2024, casi un año después del inicio de sus síntomas. Actualmente, Logan solo sufre de ocasionales dolores de cabeza, controlables con medicamentos. Asiste sin falta a la escuela y se prepara para volver al campo de juego. Asimismo, quiere comprender mejor los signos y síntomas que experimentó y difundir los riesgos de una conmoción cerebral para que otros puedan aprender de su experiencia.

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