Iñaki Peña llegaba al Santiago Bernabéu con gran parte de los focos apuntando hacia él y con el aliento de Szczesny en el cogote. Desde que el Barça fichó al polaco el debate en la portería estaba servido, pero lejos de amedrentarse y de mostrarse nervioso, firmó una actuación excelente. El meta alicantino supo elegir en todo momento la mejor opción, saliendo cuando era necesario para achicar los pases al espacio de los blancos buscando la espalda de la defensa. Iñaki Peña varias paradas con mención especial a dos mano a mano en los que evitó el tanto de Mbappé en acciones legales, y otros dos paradones en jugadas que a la postre se invalidaron por fuera de juego. De estas últimas, una mano milagrosa evitando que Mbappé rompiera la igualada y una buena intervención ante Bellingham. No contento con cumplir con su acometido ante los disparos de los adversarios, Peña estuvo muy bien colocado y supo salir de puños en momentos en que la jugada lo requería, mostrando seguridad y personalidad.

También actuó con corrección en dos disparos rasos de Valverde y Mbappé deteniendo el balón sin problemas y fue en muchas ocasiones el primero en construir jugada desde una posición bastante adelantada.

No sólo se empleó con excelencia con las manos sino que con los pies hizo lo propio, sabiendo aguantar la presión de los delanteros y buscando el mejor pase en cada momento para superar líneas de los adversarios.

La guinda a una actuación memorable la puso iniciando la jugada del cuarto gol con un pase largo a Lewandowski que el polaco peinó y Raphinha definió con maestría.

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Con el pitido final se pudo ver aun Peña feliz, liberado, satisfecho de la hoja de servicios que acababa de firmar en un escenario como el del Bernabéu y en la celebración del vestuario festejó como el que más.

Después de la visita del Barça al Real Madrid y de la actuación de Iñaki Peña podemos decir que el debate de la portería se ha acabado y que Iñaki Peña se ha ganado con creces seguir siendo el meta titular del FC Barcelona.