Johan Cruyff es una leyenda del fútbol, alguien que lo modernizó y de quien muchos han aprendido con el paso de los años. Y uno de ellos es Pep Guardiola, seguramente el técnico que mejor ha interiorizado la idea del fútbol ofensivo y divertido que pregonaba el neerlandés. En una entrevista en ‘The Telegraph’, Jordi Cruyff ha agradecido que el de Santpedor recuerde siempre a su padre cuando se habla de eso, de fútbol atractivo a los ojos. 

«Lo que la gente quiere ver es un fútbol divertido y ofensivo, quiere ver esfuerzo e intención, quiere sentirse orgullosa del equipo. Esa era la religión de mi padre», dice Cruyff a horas de que se celebre el Liverpool-Manchester United, entrenado por dos neerlandeses (Slot y Ten Hag) que deben demostrar qué han aprendido ellos de esa filosofía. «Pep siempre menciona a mi padre y estamos súper agradecidos e inmensamente orgullosos por ello, aunque como familia pensamos que él lo ha modernizado y todo el mérito es suyo».

«En general, el estilo holandés es decir: ‘No tengo miedo de perder, juego para ganar’. No importa contra quién sea o si es un partido fuera de casa. Si jugamos bien las estadísticas muestran que tenemos más posibilidades de ganar, así que quiero dominar y presionar lo más alto que pueda. Esto es algo típico de Holanda, pero ya no es solo algo holandés. Se ha extendido a todos los niveles. Lo vemos en España, porque hay una sincronización evidente y la forma en que jugó el FC Barcelona durante muchos, muchos años».

Cruyff pone un ejemplo: «En Alemania, el campeón es un entrenador español. En Francia, el campeón es un entrenador español. En Inglaterra, el campeón es un entrenador español. Quizás hay pequeños detalles que difieren, pero la filosofía está ahí. Mi padre preferiría ganar 5-4 que 1-0. Creo que el 90 por ciento de los entrenadores prefieren el 1-0, pero él tenía ese sentimiento romántico. Pep también lo tiene, aunque preferiría ganar 5-0». 

«Si nos fijamos en las grandes ligas, España es más técnica e Inglaterra es más de transición. Hay buenos jugadores con técnica, por supuesto, pero los partidos se basan mucho más en un ida y vuelta. El martes puedes tener un partido que se desvíe de una dirección tácticamente, y el sábado puedes jugar contra un equipo que juega con balones largos y necesitas una adaptación diferente. Esa es la belleza de la Premier League».

Sobre Ten Hag y Slot, dice: «Ten Hag dio el paso hace tiempo por lo que hizo con el Ajax. El Ajax siempre ha sido un gran club de exportación. Si lo haces bien en el Ajax, todos los mercados están abiertos. El Feyenoord también es un gran club, pero con el Feyenoord tienes que hacer mucho para ser visto, no es un equipo que haya ganado la liga siete veces en 10 años, así que Slot lo ha hecho muy bien y tomó una decisión inteligente al esperar un año cuando los Spurs vinieron a buscarlo y decidió quedarse». 

La figura del portero-jugador

La figura del portero-jugador también sale a la palestra en las declaraciones de Jordi Cruyff: «Sigo teniendo curiosidad por saber si los aficionados en Inglaterra todavía prefieren que el portero lance el balón largo y juegue a por el segundo balón. ¿Pasan nervios si el portero arriesga y empieza desde atrás o los aficionados lo disfrutan? Creo que depende del ADN del club. Ahora, incluso en las ligas inferiores ves a los porteros asumiendo muchos riesgos y eso me encanta».

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Y añade: «Esta idea del portero como jugador extra la empezó mi padre. Él no veía al portero sólo como alguien que parara balones. Quería una mejor construcción del juego. Esto ya se discutía en 1986-87, cuando Carles Busquets era el ejemplo. Mi padre le decía que jugara 20 o 30 metros fuera de su área para ser como Beckenbauer. Entonces fue un gran shock para la gente, pero ahora es normal. Mi padre también hacía jugar a sus laterales por dentro y creía en el sistema múltiple que tanto desarrolla Pep ahora. Si el rival jugaba con un solo delantero, él se preguntaba: ‘¿Para qué necesito cuatro defensas?’. Prefería tener más jugadores en el centro del campo».