El Girona vivió una tarde épica en Montilivi. Los tres penaltis parados por Gazzaniga y el gol de Stuani en el descuento devolvieron la sonrisa a los catalanes ante el Athletic, que se fue con las manos vacías.

La buena temperatura se adueñó de un partido arropado por más de 13.000 espectadores que vieron goles en ambos lados. Los gerundenses entraron al terreno de juego con claras intenciones de revertir una racha de seis partidos sin ganar, a la vez que los leones se las tuvieron que apañar sin su máxima estrella, Nico Williams, baja durante las últimas horas.

Fiel a su famosa presión, los visitantes pusieron contra las cuerdas cada vez que pudieron al rival, dando protagonismo a algunas acciones forzadas durante el primer tiempo y dejando como héroe a Paulo Gazzaniga, protagonista del encuentro por varios motivos.

Y es que Míchel se hartó de pedir en la previa las ganas que tenía de ver a su equipo jugar hacia el frente, mirando a la cara al contrincante. El técnico vallecano, fiel también a sus principios, insistió en que los suyos jugaran desde atrás para que los bilbaínos no cazaran más balones de la cuenta en acciones divididas.

Empieza el baile

Montilivi, juez permanente del encuentro, mostró runrún en algunos momentos de la cita, pidiendo más a los suyos, quizás más por puntos en la tabla que por sensaciones. Aun así, se encontraron con un penalti en su contra tras una acción provocada por Arnau en un infortunio. Todo ello pasó desapercibido hasta que se interpuso Del Cerro Grande en el VAR, quien llamó a Pulido Santana. Con la pena máxima en marcha, Iñaki pareció ser el autor del lanzamiento, hasta que Berenguer le robó el cuero. El propio Berenguer fue quien falló la pena máxima, o más bien lo evitó Gazzaniga con una gran parada. Y no fue la única.

Los goles, sin embargo, se guardaron previos al ecuador. Miguel, que vio las intenciones en el disparo de Asprilla, fue el más listo, dejando pasar el esférico, despistando a Padilla y abriendo la lata para los suyos (39’). Alivio para el colombiano, que se estrenó como goleador ‘gironí’, aunque la alegría duró poco tras un buen contraataque de los leones tras un buen pase de Berenguer a Sancet, quien controló con el pecho y definió, lesionándose a la vez que puso las tablas (41’).

Tras el descanso, algo más de insistencia por parte de los ‘blanc-i-vermells’, con Asprilla liderando el ataque. Sin embargo, nueva llamada del VAR y, tras una larga espera de Pulido Santana revisando la acción… nuevo penalti. El Girona reclamó unas manos previas, pero esto solo fue el comienzo. Uno, dos… ¡Y tres! Tres penaltis parados por el argentino en una de sus mejores tardes: detuvo el segundo penalti y la repetición del mismo. Montilivi enloqueció.

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Muchas faltas

A partir de ahí, un partido demasiado parado, con faltas y contratiempos que cortaron algo el ritmo después del momento eufórico de los locales con el show de los penaltis. Fue activándose, de nuevo, a medida que fue pasando el tiempo.

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Lo intentó Miguel, lo probó Yangel, la tuvo Krejci. El Girona se enchufó durante los últimos minutos, gozando de grandes ocasiones que no entraron por poco. Con todo ello, no fue hasta el descuento cuando Míchel hizo el segundo y el tercer cambio, con Stuani y Misehouy como protagonistas. No dejó de confiar hasta el final en sus protagonistas de campo. Stuani, siguiendo el guión, tuvo la más clara, aunque no pudo terminarse el encuentro sin un nuevo penalti, esta vez a favor del Girona mientras Paredes acabó expulsado por protestar.

Y una vez más… ¡Eterno Stuani! El charrúa anotó en el último suspiro para saltar por los aires todo el estadio y devolver la victoria a un Girona muy necesitado.