La anulación del mismo llegó con polémica, pues los ‘gironins’ no supieron exactamente por qué ese gol no subió al marcador. Quizás el balón salió por la banda en la jugada empezada por Misehouy, aunque dio la sensación de que el colegiado pitó una falta en ataque de Miovski que pocos entendieron del lado catalán. El contacto pareció insuficiente.

Aun así, los de Míchel intentaron reponerse a los contratiempos y seguir adueñándose de la cita. Sin embargo, los canarios empezaron a disputar el juego, mostrando minutos de dominio y, los hombres de Diego Martínez fueron de menos a más, especialmente por el devenir del partido tras el previo aviso de Álex Muñoz de volea, quien empezó a preparar el rifle.

Las cosas empezaron a torcerse, un día más, en las filas gerundenses. Tras la triple ocasión -la más clara- de Arnau, Misehouy y Miguel, llegó lo peor para el técnico vallecano. Alejandro Francés cayó al suelo, confirmando la enésima lesión en las filas ‘blanc-i-vermelles’ y, con el maño fuera del verde y el equipo con un hombre menos, Las Palmas puso dos marchas más para aprovecharse de la situación hasta encontrar el premio. Y así fue, en un centro por la banda derecha volvió a rematar Álex Muñoz, justo en la posición que debía estar Francés, para abrir el luminoso, antes de llegar al descanso (42’).

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Fue un tanto doloroso para los visitantes y un nuevo rayo de esperanza para los locales, que celebraron efusivamente por la delicada situación que atraviesa el equipo, jugando con el descenso por un mal inicio.

Al volver del ecuador, mucho duelo y poco juego. El Girona no supo encontrar un referente para dar movilidad y los canarios mostraron más comodidad en el estilo de juego que supieron imponer. Las imprecisiones tomaron protagonismo hasta el devenir del choque.

Los locales, de rosa para la cita, agitaron más el árbol por una cuestión de efectivos. Del otro lado, los ‘gironins’ no parecían tener ni repuestos por la carga que los disponibles llevan encima, pues los que completaron el banquillo parecían estar por obligación. Mientras tanto, Las Palmas perdonó la más clara tras del partido un error de Arnau que dejó solo a Kirian, quien disparó al palo.

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Con todo el pescado vendido, el cuarto árbitro señaló cinco minutos de añadido que de poco sirvieron a los gerundenses. Los locales efectuaron un tercer cambio tras un duro golpe de McBurnie a Arnau con la rodilla mientras David Porcel -preparador físico del equipo- acabó expulsado por protestar. Fue la segunda roja para los visitantes tras la cartulina vista por Juan Carlos, también desde el banquillo.

Así pues, el Girona se fue castigado en demasía de territorio isleño, volviendo a caer derrotado, y Las Palmas sumó su segundo triunfo liguero, ambos consecutivos, tras aprovechar el minuto y medio en el que su rival se quedó con uno menos. Con Diego Martínez, los ‘pío, pío’ suman seis de seis.