El encanto del punto y final

Espuelazo Puro
Para alcanzar la paz interna, tan agradecido es poner el punto y final a un texto como rematar un proceso colectivo futbolístico con el gol. Es una conexión con la felicidad, con la emoción, con la sensación de misión cumplida. Es lo que Lewandowski actualmente le da al Barça. No es el único que marca en un equipo que está sorprendiendo por su coralidad ofensiva, pero sí que es el principal responsable de culminar las maniobras del equipo. Sus goles habitualmente responden al significado de punto y final, aquel detalle que transforma una insinuación atractiva en una realidad.
No es casualidad que de los 12 tantos anotados en 11 partidos de temporada, en la línea de los 11 en 10 compromisos de Haaland o los 9 en 9 encuentros del egipcio Marmoush con el Eintracht, todos excepto un par hayan sido al primer toque. El polaco se ha enfocado en la finalización, aquello que le hace crecer la autoestima. Y como le pasaba al mítico Popeye con las espinacas, comparación para ‘boomers’, el gol recarga la energía del delantero centro.
No sólo se trata de su voluntad, sino también de su encaje en el plan de Flick. Lewandowski entiende qué partidos le reclaman más participación y cuándo debe aceptar la paciencia como compañera de viaje. El partido en Vitoria es un buen resumen. Según datos del ‘Laboratori de LaTdT’, 23 participaciones en la primera parte en un escenario de vértigo y profundidad, por sólo 10 en la segunda cuando se decidió regular los esfuerzos. No se puede implicar en la elaboración de todas las maniobras porque le ha llegado el momento de seleccionarlas con el fin de garantizar su máximo rendimiento.
No es una casualidad que se le vuelva a ver con un físico exuberante en acciones de transición porque mide mejor la cantidad de acciones a alta intensidad, tampoco que tenga una protección colectiva en la presión para que preferentemente salten los extremos sobre los centrales adversarios, ni que no le veamos en tantas acciones de descarga entre líneas a cambio de más profundidad. Lewandowski nos recuerda que cualquier historia necesita un buen punto y final.
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Una dudosa casualidad
Ahora que hemos hablado tanto de la portería en clave blaugrana por la lesión de Ter Stegen, si abrimos la mirada, descubrimos una realidad para reflexionar. ¿Es casualidad que Courtois, Ter Stegen o Meret en el Nápoles no puedan jugar actualmente por lesión? No son sólo ellos, también estuvo de baja algunas semanas en este inicio de campaña Donnaruma en el PSG o incluso Unai Simón ni pudo arrancar el curso tras ganar la Eurocopa, por lo que Valverde se ha visto obligado a alternar Aguirrezabala con Padilla. El fútbol continúa evolucionando y la figura del portero ha ganado peso en el juego, pero parece más expuesto a las lesiones, por lo que toca repensar el perfil específico del meta suplente. Quizás haya quien próximamente se atreva también con las rotaciones en la portería.
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