No hubo que esperar mucho para que el marcador reflejase el dominio del Celta, que existió desde que echó a rodar el balón. Concretamente, fue en el 7’ cuando Iago Aspas, ‘El Mago de Moaña’, sacó su varita para dibujar un bonito centro al segundo palo tras una gran acción individual que encontró la cabeza de un Douvikas que no tuvo más que hacer que mandar el balón al fondo de las mallas.

A partir de ahí, estando con desventaja en el marcador el Getafe, se esperaba que los de Bordalás diese un paso al frente, pero lo que sucedió fue que el conjunto azulón, esta vez vestido de rojo, se mostró sobre el verde como un equipo gris. Apenas un intento de Carles Pérez y otro de Álvaro Rodríguez pudieron ser contabilizados como acciones que pusieron en peligro que la cosa acabase con un ‘1’ en la quiniela.

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El Celta, por su parte, no fue capaz de doblar su ventaja para cerrar el partido. Ni siquiera después de que el Getafe se quedase en inferioridad numérica por expulsión de Berrocal (65’). Pero entre poco y nada le importó al respetable de Balaídos, que asistió con satisfacción a la victoria de los suyos, con un equipo lleno de gente de la casa y estando en el banquillo un técnico más del Celta que nadie como Cláudio Giráldez.