Francisco Javier García Pimienta vivirá un partido especial este domingo en el Lluís Companys. El entrenador del Sevilla espera cambiar la dinámica de su equipo en sus visitas al Barça, al que no gana a domicilio desde hace 21 años.

Para el técnico barcelonés, la cita supone “un reto bonito y nos tenemos que exigir estar a la altura de ese partido. Si estamos a nuestro máximo nivel, vamos a competirle al Barcelona», ha asegurado en su rueda de prensa previa al choque, organizada por el SeVilla para este viernes.

García Pimienta respeta enormemente al líder. “Es el mejor, lo dice la clasificación. Con el balón son más fuertes, pero llevan muchos años jugando de una determinada manera. Debemos concentrarnos cuando lo tengan y ser sólidos en defensa, sin renunciar a que cuando tengamos el balón tiene que pasar lo que queremos. Queremos que tengan un partido incómodo y sufran cuando tengamos el balón. Tenemos que disfrutar de defender juntos y que lo pasen mal cuando tengamos el balón porque creo que tenemos argumentos para ello”.

Para el técnico, es sin duda un partido especial. «He estado allí 28 años, ha sido mi casa. La pasada temporada fue la primera vez que me enfrentaba al primer equipo. Con algún jugador mantengo contacto. El Sevilla saldrá a por el partido sabiendo lo que tenemos por delante».

El preparador del equipo hispalense, que la pasada campaña en Montjuïc con Las Palmas sufrió la expulsión de Álvaro Vallés, cree que será fundamental evitar situaciones de peligro en este aspecto precisamente en un equipo que es el que más expulsiones ha sufrido este año, cuatro. “Ellos lo tienen tan asumido que llega un entrenador nuevo, alemán, y lo hacen igual de bien… Espero que podamos aguantar con once jugadores, competirlo, ser solidarios. Si nos metemos atrás y sólo defendemos, lo normal es que generen ocasiones y terminen marcando».

Más sobre LaLiga

Por último, se refirió al mal trago que tuvieron que pasar Ejuke e Iheanacho con la selección de Nigeria, retenida más de 13 horas en un aeropuerto de Libia. «Fue desagradable, esto no puede suceder y las federaciones tienen que estar atentas. Un día en un aeropuerto, casi sin dormir y sin comer… Han llegado, por suerte, en buenas condiciones», precisó.