El presidente ruso, Vladímir Putin, hizo un regalo inesperado a un residente del estado estadounidense de Alaska: una nueva motocicleta Ural, cuya fábrica original fue fundada en 1941 en lo que entonces era la Rusia soviética.

El vehículo fue entregado a Mark Warren después de que el hombre se encontrara por casualidad con periodistas del canal Rossiya-1 en las calles de la ciudad de Anchorage, días antes de que se celebrara la histórica cumbre entre Putin y Donald Trump, y revelara que experimentaba dificultades para obtener piezas de repuesto para su antigua Ural debido a las sanciones antirrusas.

Warren recibió las llaves de su nueva motocicleta de manos de un empleado de la Embajada rusa en Estados Unidos en el estacionamiento del hotel de Anchorage donde se alojaba la delegación del país euroasiático. «Debo decir que este es un regalo personal del presidente de la Federación Rusa«, le dijo el diplomático Andréi Ledenev.

«Es como la noche y el día«, afirmó Warren, tras probar su nuevo transporte. «Me gusta mi antiguo modelo, pero este es obviamente mucho mejor», agregó. «Me quedé sin palabras, es increíble. Muchas gracias», declaró el hombre. 

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