España formó con un once titular en el que no hubo ni un solo jugador de Barcelona, Real Madrid o Atlético de Madrid, un hecho que no recuerdan ni lo más viejos del lugar. No obstante, ni mucho menos se resintió por ello el nivel de un combinado en el que hace tiempo el colectivo está por encima de cualquier tipo de individualidad y de las camisetas que defienden en las competiciones de clubs.

Jugar en la selección española está carísimo, pero los hay que se empeñan en ponerle las cosas muy difíciles a Luis de la Fuente. Buen ejemplo de ellos son las actuaciones que firmaron este martes Martín Zubimendi, Álex Baena y Pedro Porro. El centocampista de la Real Sociedad fue el eje sobre el que giró la Roja, consiguiendo que nadie se acordase de Rodrigo Hernández con todo lo que ello supone teniendo en cuenta que el de Cascante es el mejor jugador del mundo en su posición. 

En cuanto a Álex Baena, el mediapunta del Villarreal viene a ser otro ‘loco bajito’ más que de haber nacido en otra década y no en la que lo hizo sería, si no la estrella, cuanto menos indiscutible en la selección española. 

Y respecto a Pedro Porro, que frente a Dinamarca pareció no aprovechar la oportunidad que le ha dado el destino con la retirada de Jesús Navas en el ámbito internacional y la inoportuna lesión de Dani Carvajal, el del Tottenham dio un golpe en la mesa para opositar a convertirse en inamovible en el carril derecho. Bendito problema el de un Luis de la Fuente que maneja una España de (como mínimo) 25 titulares.