No es fácil, por muy talentoso que uno sea, el hecho de jugar en tres ligas diferentes durante los últimos tres años. Es el caso de Artem Dovbyk (27 años) que vive en Roma un nuevo capítulo de su vida futbolística después caer de pie en Girona el curso pasado tras venir del Dnipro ucraniano. Antes, como marca su hoja de ruta, jugó en el Midtjyland danés y en el FC Balti de Moldavia . 

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El asunto es que después de que este verano el cuadro italiano pagara 30,5 millones al Girona y se convirtiera en uno de los fichajes estrella de la Serie A, poco a poco se va aclimatando al Calcio, un fútbol más físico y de menos toque que el español. Y eso lo evidenció el pasado domingo en el duelo entre la Roma y el Monza (1-1) en el que marcó un gol al más puro estilo Erling Haaland. El ucraniano recibió de espaldas a portería y a 30 metros del guardameta y tras deshacerse de su primera marca, encaró la portería, recortó a dos defensa y la cruzó de zurda. Antes, incluso, le habían anulado un gol por fuera de juego milimétrico. 

Marcó pues su cuarto gol en nueve partidos demostrando que le va cogiendo el ritmo a su equipo. Algo que, por otro lado, no ha sido tampoco nada fácil porque a los cuatro partidos de Liga, Daniele De Rossi, el entrenador que le trajo a la capital italiana, fue sustituido colocando en su lugar a Ivan Juric con el que, eso sí, tiene el mismo rol. 

Así pues, Artem Dovbyk llega al segundo parón de selecciones de la temporada en un buen momento de forma y haciendo ver que, de seguir así, puede haber un cuarto equipo en el futuro, uno más ‘corpulento’ que la Roma en el que seguir desarrollando su mejor estado de forma.