1.Discontinuo pero letal

La puesta en escena era muy importante y nada más empezar a rodar la pelota los azulgrana pusieron rumbo a Keller. Con una defensa más hercúlea que en Pamplona y la vuelta de titulares al once, el Barça de Flick encaró este importante encuentro de Champions metiendo el partido en campo visitante. Este primer tiempo fue discontinuo llegando al área pero de control absoluto de juego. Con Raphinha de comodín por dentro y Lamine iluminado en banda derecha, el equipo blaugrana fue imponiendo la calidad diferencial. La pegada la puso Lewandowski cazando un remate fallido de Raphinha, el propio brasileño esta vez con la más fiable, su zurda; y finalmente un gran cabezazo de Iñigo Martínez tras centro de falta bien templado por Pedri. Un 3-0 de partido corto pero resuelto antes de volver al vestuario.

2. Un cuadrado con magia

El asentamiento de los azulgrana era mayúsculo y dominante sobre el césped. Con Iñigo Martínez y Cubarsí, con Casadó y Pedri, la pelota rodaba rápido aunque no tan vertical o profunda como deseaban Balde y Koundé. Acumulación de pases blaugrana, para tratar de evitar el ‘embudo defensivo’ proporcionado por el 4-5-1 de Patrick Rahmen (en el segundo tiempo pasó al 4-2-3-1), hasta que el balón llegaba al revolucionario Raphinha y, sobre todos, al mago Pedri.

El mediapunta tinerfeño utilizó sus buenos controles para, seguidamente, sacar pases internos que desangran a Camara y Zoukrou, centrales del Young Boys, y a cualquier línea defensiva. Envíos perfectos a Lewandowski, a Lamine Yamal o a Raphinha para que llegaran casi a portería. De zurda o con la diestra, Pedri repartió fútbol y clase para los compañeros mejor situados partiendo de la zona de medios con Casadó, un día más a gran nivel, guardándole las espaldas.

3. Liquida ‘Lewy’ y aprovecha Flick

Estaba bien llevado el partido por juego, defensa preventiva y numerador cuando en el 50’, Robert Lewandowski lo finiquitó. Esta vez fue en un córner largo ejecutado por Raphinha y gracias al primer contacto de Iñigo Martínez. Un regalo de esas dimensiones no lo perdonó el goleador blaugrana y su doblete dio paso al ‘juego de banquillos’.

Para Flick reservando jugadores para Mendizorroza; Patrick Rahmen para intentar marcar el primer gol en esta Champions.

Quisieron ‘alegrar’ los minutos finales Virginius, Niasse, Ganvoula, el entusiasta Hadjam pero no consiguieron el objetivo. Tampoco Ansu Fati, Pau Víctor ni De Jong al bajar, demasiado, el ritmo de juego atacante.

Sólo un gol más en propia puerta, Camara, elevó el quinto al marcador.

Primer paso para una escalada en la Champions y un partido a lo lejos, ante el Bayern Múnich, que nos dirá hasta dónde puede llegar este nuevo Barça.