Un gol de Correa en el último instante permitió al Atlético empatar un derbi tenso, suspendido temporalmente por el lanzamiento de objetos, y que acabó por frenar a un Madrid que se mantiene actualmente a tres puntos del líder Barça en la clasificación, mientras el Atlético está a cinco. Los de Simeone se acabaron imponiendo cuando plantearon un juego arriesgado, ofensivo, cuando fueron a por el partido, tras una primera parte conservadora. En la segunda, el Atlético salió decidido y cuando mejor estaba marcó el equipo blanco de un rebote. Luego, el lamentable lanzamiento de objetos por parte de un sector de la grada obligó al árbitro a suspender el encuentro. En la reanudación, los colchoneros aumentaron la velocidad de su fútbol ante un Real que perdió su oportunidad en otra acción de Endrick que prefirió chutar en lugar de dar el balón a Bellingham, solo a su lado. La actitud de Courtois, enfrentándose a la grada, no puede nunca justificar el lanzamiento de objetos, aunque también es interesante que los jugadores se mantengan concentrados en el juego, más que en la grada. El meta blanco, ex del Atlético, sin embargo, recibió una lluvia bochornosa de objetos que podían haberlo lastimado y el colegiado hizo bien con la suspensión. Los mismos jugadores rojiblancos y, sobre todo, Simeone se dirigió al sector de la grada para pedir sentido común y que dejaran de lanzar objetos. Así fue y el Atlético empató el encuentro gracias a Correa, especialista en marcar en los minutos finales.

Mientras, el Barça mantiene una ventaja potente, de tres puntos, frente al Madrid a pesar de haber perdido en Pamplona. La llegada del meta Szczesny dará experiencia a la portería en un equipo con muchos jóvenes luchando por un puesto. Se entiende la apuesta blaugrana ya que la meta es un lugar muy específico y la temporada es muy larga. Ahora los jugadores de Flick deben centrarse en la Champions y mejorar la intensidad (ante Osasuna solo cometieron tres faltas) y los disparos a puerta (el primero llegó en el minuto 43) para conseguir un triunfo básico en la nueva Copa de Europa en la que la victoria se hace imprescindible para subir en la super clasificación.