A perro flaco todo son pulgas. Tras cosechar dos derrotas en seis días (4-1 en el Santiago Bernabéu y 1-2 ante el Villarreal, en Cornellà-El Prat), el RCD Espanyol visitará al Real Betis en un ambiente enrarecido. Por cómo terminó el duelo contra los ‘groguets’, lanzamiento de un vaso incluido al árbitro, Alejandro Quintero González, y porque en la sala VOR del Benito Villamarín estará un enemigo íntimo de la entidad: Carlos del Cerro Grande, quien hace dos campañas dictó el descenso perico a Segunda División, en Mestalla.

Una concatenación de circunstancias a las que hay que sumar el problema central con el que tendrá que lidiar el técnico espanyolista, Manolo González. El lucense, que ha apostado por la pareja formada por Marash Kumbulla y Lele Cabrera en los tres últimos encuentros, se vio obligado a cambiar al uruguayo al descanso el jueves. «Mañana (por hoy) sabremos realmente cómo está. Tenía molestias en el sóleo, como tuvo en la anterior lesión, en el mismo sitio», señaló el míster.

Sergi Gómez fue quien sustituyó a Cabrera, aunque Manolo explicó que fue porque Fernando Calero, recientemente recuperado de un esguince de tobillo, no se veía para disputar la segunda mitad completa. «Venía de la lesión y queríamos saber cómo estaba. Calero le ha dicho al preparador físico que estaba para media hora pero no para aguantar la segunda parte entera, por eso hemos decidido que salga Sergi Gómez», continuó el de Folgoso de Caurel.

Lee también

¿Debut de Català?

Así pues, a la espera de más noticias sobre el estado físico de Cabrera y Calero, el Espanyol podría aterrizar en Sevilla con Kumbulla (que además está apercibido) y Sergi Gómez como únicos centrales disponibles y la posibilidad real de que el canterano José Luis Català, que ya dejó muy buenas sensaciones en pretemporada, se estrene con el primer equipo en partido oficial.