El Arsenal estuvo muy cerca de llevarse los tres puntos del Etihad Stadium este domingo. Queda mucha tela que cortar en la Premier League, pero visto lo visto las últimas temporadas, cuando la pugna ha sido un mano a mano entre los de Mikel Arteta y el Manchester City de Pep Guardiola, haber logrado un triunfo hubiese sido todo un golpe encima de la mesa por parte del cuadro ‘gunner’. Lo tuvo cerca y solo lo evitó un gol de Stones en el 98′ que valió para que la cosa acabase 2-2. Sea como fuere, en la segunda parte el Arsenal escenificó sobre el verde todo un ejercicio de resistencia con especial protagonismo para un David Raya que puso todo su empeño en mantener a lo que dicta su apellido a los Erling Haaland, Gundogan, Bernardo Silva y compañía. Estuvo a punto de lograrlo contabilizando hasta 9 paradas, pero no pudo evitar el mencionado tanto de Stones.

El City realizó 28 disparos durante la segunda parte

No obstante, la acción que más influyó en que la película fuese como fue y no de otra manera fue que Leandro Trossard fue expulsado en el tiempo añadido de la primera mitad. Una decisión arbitral no exenta de polémica, porque vio la doble amarilla por desplazar el balón después de que el árbitro señalase una falta del belga sobre un rival. Pero dejando a un lado si Michael Oliver acertó o no, el hecho de que el Arsenal se quedase con diez posibilitó un escenario de partido que aunque al aficionado ‘gunner’ a buen seguro que no le gustó resultó más que interesante para el espectador neutral.

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Con toda la segunda parte por jugarse, cabía esperar un asedio total del Manchester City al área del Arsenal tras el paso por los vestuarios. Y aconteció. Nada más y nada menos que 28 disparos realizaron los de Pep Guardiola en la segunda parte. El dato habla por sí solo y bien vale para explicar el enorme mérito que tuvo que el Arsenal llegase al tiempo añadido del encuentro manteniendo el 1-2 en el marcador. Los movimientos tácticos de Arteta para cimentar un muro en su área, el buen hacer de sus futbolistas a la hora de cerrar espacios y las intervenciones de David Raya hicieron que el Arsenal estuviera a punto de romper todos los pronósticos que durante el descanso apuntaban que era imposible que se llegase al final del partido con 1-2. Fue con 2-2, pero igualmente tiene mucho mérito.