El delantero murciano Rafa Mir sigue sin ‘billete’ para entrenar con el resto de sus compañeros. El ariete cedido en el Valencia no se entrenó este miércoles con el resto de sus compañeros y continúa siendo baja a pesar de las lesiones de Hugo Duro y André Almeida, que tampoco se ejercitó con el resto.

Rubén Baraja tuvo que echar mano el pasado domingo en el Metropolitano de Dani Gómez, suplente del Levante el año pasado en Segunda y que fue titular ante el Atlético de Madrid por la falta de efectivos, pero el técnico aseguró que Mir no volvería a jugar con la camiseta del Valencia hasta, al menos, el partido ante el Girona.

Así, Rafa Mir no estará ante el Girona y no será hasta el próximo lunes cuando el técnico vallisoletano decida si está apto o no para estar ante el Osasuna el próximo martes, aunque, por el momento, no ha vuelto al grupo tras la situación judicial que explotó hace ahora dos semanas, aunque el delantero todavía no ha vuelto a la dinámica del primer equipo.

El futbolista está ahora mismo en libertad provisional y con medidas cautelares investigado como presunto autor de un delito de agresión sexual con acceso carnal tras haber sido denunciado por una mujer a la conoció en la madrugada del domingo 1 de septiembre en una discoteca.

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Mir pasó dos días detenido en el calabozo antes de declarar en sede judicial, donde aseguró que las relaciones fueron consentidas, lo que llevó al Valencia a abrirle un expediente disciplinario por «entender que su modo de proceder, en su tiempo de descanso, afecta indiscutiblemente al rendimiento profesional que se espera de él» y que ha dañado «la confianza» de la afición en los jugadores, más allá del proceso judicial.

Baraja recalcó que toda persona merece una «segunda oportunidad», pese a la «gran decepción» que había tenido con Mir, aunque incidió en las «consecuencias» que debe tener la indisciplina de Mir, al menos en código de conducta y horarios.

«He decidido que esté fuera del equipo dos partidos. Un acto de indisciplina debe tener consecuencias, por él y por la salud del grupo. Pero una persona se puede equivocar, puede tener un mal día y no hacer las cosas bien y le tenemos que dar una segunda oportunidad», insistió Baraja.